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SYLVANA PALOMINO
Periodista de El Mercurio
Lunes 13 de febrero de 2006
Poco a poco toma fuerza la defensa de vecinos frente a las graves intervenciones urbanísticas en sus barrios.
De sus 33 años, Marcelo Caputo ha vivido 30 en el sector de Pedro de Valdivia Norte, primero con sus padres y hace poco junto a su señora e hijos. Esperaba que la compra de una casa en los faldeos del cerro San Cristóbal le brindara un lugar tranquilo para disfrutar del aire libre.Sin embargo, esa inversión que gestionó para 20 años, ya la está considerando como una pérdida. "Pienso que la carretera que va a pasar por el cerro, la bulla, los bocinazos y los frenazos van a afectar mi vida", se lamenta Marcelo.
Periodista de El Mercurio
Lunes 13 de febrero de 2006
Poco a poco toma fuerza la defensa de vecinos frente a las graves intervenciones urbanísticas en sus barrios.
De sus 33 años, Marcelo Caputo ha vivido 30 en el sector de Pedro de Valdivia Norte, primero con sus padres y hace poco junto a su señora e hijos. Esperaba que la compra de una casa en los faldeos del cerro San Cristóbal le brindara un lugar tranquilo para disfrutar del aire libre.Sin embargo, esa inversión que gestionó para 20 años, ya la está considerando como una pérdida. "Pienso que la carretera que va a pasar por el cerro, la bulla, los bocinazos y los frenazos van a afectar mi vida", se lamenta Marcelo.
Y es que en menos de 10 años la imagen de la capital ha sufrido agresivos cambios. La construcción de nuevas autopistas, las remodelaciones y la extensión de las líneas del Metro han afectado fuertemente la naturaleza de algunos barrios, provocando que muchos emigren, pero que otros, los que se resisten, decidieran luchar por lo que consideran que les pertenece.
Un nuevo derecho
Diversas juntas de vecinos de Santiago e instituciones, como Ciudad Viva y Defendamos la Ciudad, notaron la importancia de conformar una red de agrupaciones territoriales que tienen problemas con el plan regulador, construcción en altura, autopistas urbanas, conflictos por ruido, túneles, destrucción de patrimonio, eliminación de ferias y mercados, falta de ciclovías y buenas condiciones peatonales, y que no pueden defenderse por sí solos. Así nació en septiembre pasado la Coordinadora de Derechos Urbanos, que reúne a todos estos grupos."Generalmente se identifica progreso con infraestructura y eso no es correcto.
Nuestra posición es que hay muchos temas que ameritan se miren desde el punto de vista de los ciudadanos", reconoce el secretario de Ciudad Viva, Federico Allendes, grupo que se juntó en defensa del antiguo barrio La Chimba, en Recoleta, y Pedro de Valdivia Norte, en Providencia.
En esta Coordinadora, reconocen que el concepto de "derechos urbanos" está siendo cada vez más aceptado en Europa y Estados Unidos, pero que en nuestro país aún es muy nuevo. Aseguran que la idea es asentar las bases de la democracia, pero en términos de la toma de decisiones sobre la ciudad.
Patricio Hermann, vocero de la agrupación Defendamos La Ciudad, considera que el problema está en que "Chile es un país muy autoritario, independiente si los gobernantes acceden al poder gracias a golpes militares o por elecciones democráticas, siempre hacen lo que quieren. No toman en cuenta la opinión de los vecinos, quienes son los dueños de la ciudad en rigor".
Aunque para muchos, las batallas por mantener una identidad de barrio están perdidas, otros, como Rodrigo Cociña, vocero de la organización Defendamos Plaza Las Lilas, creen que por lo menos se puede patalear por su calidad de vida. "Nos encontramos absolutamente solos y desprotegidos. No se respetan los derechos urbanos mínimos y prevalece el valor del negocio", enfatizó Cociña.
EL SENTIR CIUDADANO
PEDRO DE VALDIVIA NORTE
Aunque los vecinos lograron cambiar el trazado de Costanera Norte, la construcción del túnel por el cerro San Cristóbal continúa y los residentes están molestos. "Dicen que el cerro es el pulmón de Santiago y lo están rompiendo, no entiendo", comenta Carmen Bey, vecina del sector y agrega que se fue a vivir al barrio, porque había una linda vista, "pero ahora tengo una pared que es como campo de concentración".
PLAZA LAS LILAS
Pese a las más de 3 mil firmas que apoyan la defensa de la Plaza Las Lilas, los vecinos no han conseguido ser escuchados por las autoridades y frenar el aumento de la densidad poblacional de ese lugar residencial. Los pobladores están seguros que con la construcción de los dos edificios de 19 y 7 pisos, tanto ellos como la ciudad pierden, porque se destruye su modo de vida y porque desaparece la tranquilidad del tradicional barrio.
VESPUCIO SUR
"El problema de la autopista de Vespucio Sur es que es totalmente ilegal, porque no ingresó al sistema de estudio de impacto ambiental", asegura Marcela González, que participa en Decisión Pro Homine, agrupación que defiende a los habitantes de ese sector. Espera que al demostrar los problemas de la ruta, ocurra lo mismo que en EE.UU., donde se destruyó una autopista en San Francisco porque no cumplía con el reglamento.
VECINOS DE ÑUÑOA
Contagiados con el boom de los otros barrios, los vecinos de esta comuna ya han comenzado a levantar la voz para evitar lo que consideran una masacre urbana. Residentes del sector de Elías de la Cruz, única zona patrimonial protegida por el plan regulador de la comuna, Quirihue y Plaza Sucre, ya están preocupados por el auge inmobiliario en el sector. Para todos, la tarea principal es lograr cambios en el plan regulador.
MERCADO TIRSO DE MOLINA
La construcción de la Costanera Norte, en el sector de la comuna de Recoleta, también fue polémica. Los locatarios del Mercado Tirso de Molina, Vega Central y la Pérgola, se vieron afectados casi en un 100% en sus ventas por estas obras. Las rejas que los mantienen aislados de la construcción les impiden tener una mayor afluencia de público, pero sí consiguieron poner semáforos y un mayor acceso a los estacionamientos.
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