19 agosto 2007

TRAS VERGONZOSO SHOW ENTRE EL CONSEJO DE LA COREMA METROPOLITANA Y EL MUNICIPIO DE ÑUÑOA SE APROBÓ LA "DIA" DEL NUEVO PRC DE NUESTRA COMUNA...

En una instancia de tipo protocolar sesionó hoy el Consejo de la Comisión de Medio Ambiente Metropolitana, para dar curso a la aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental de la Modificación Integral del Plan Regulador de Ñuñoa, presentada por el municipio de Ñuñoa, sin mediar discusión alguna por parte de estos, pese a las intervenciones de 2 entidades ciudadanas, la Red Ciudadana Por Ñuñoa y Defendamos la Ciudad, los que criticaron fuertemente los fundamentos de la propuesta municipal y que solicitaron se diera respuesta en dicha sesión a los principales cuestionamientos hechos por estos.
Su despacho no tardó más que el minuto en que se solicitó la votación de los 12 consejeros allí presentes, estando ausentes 10 de los 22 que componen.
Una vez más se constata con vergüenza, que el Estado de Chile está a la merced de los dictámenes del mercado, relegando del escenario político a las organizaciones ciudadanas.

Intervención de la RED CIUDADANA POR ÑUÑOA:

Santiago, 16 de agosto de 2007

Estimados Señores y Señoras del
Consejo de la Comisión Regional del Medio Ambiente Metropolitana y autoridades aquí presentes, en nombre de la Red Ciudadana Por Ñuñoa, representando a más de 10.000 ñuñoínos, es que les hacemos presente lo siguiente:

Hoy no es un día feliz para Ñuñoa ni para los ñuñoínos, hoy concluye un proceso que desde su comienzo ha estado impregnado de vicios, de incapacidad técnica y desidia por parte de las autoridades municipales, dándole literalmente la espalda a aquellos que supone representar, sus habitantes, quienes sufriremos, nuestros hijos y nuestros nietos, de la irresponsabilidad de éstas en el manejo urbano y social de la comuna.

Las organizaciones ciudadanas podemos hablar con franqueza, no estamos limitadas por un marco político institucional que nos frene en nuestra denuncia, aunque como el país lo ha podido comprobar, la prometida representación ciudadana ha ido quedando cada día más relegada del escenario nacional a la hora de tomarse decisiones trascendentes para su futuro.

Nuestra lucha va en defensa del bien común, de aquello que subyace desde el corazón de una comunidad, de su identidad y de su carácter. Y también de cómo se proyecta hacia el futuro.

Por ello haremos uso de este espacio para intentar describir desde la perspectiva del ciudadano conciente, aunque sea en esta última instancia, la grave situación en que se encuentra sumida hoy la comuna de Ñuñoa y en qué medida el actual proyecto de modificación al Plan Regulador Comunal tendrá un nefasto impacto en la calidad de vida de todos los ñuñoínos.

Ñuñoa sufre de una paradoja inexplicable, si bien ha sido distinguida recientemente como la comuna de mejor calidad de vida por un estudio de gobierno, ha sido a la vez, presa de una violenta alteración de sus equilibrios urbanos durante los últimos 5 años, a través de las propias políticas edilicias de incentivo a la inversión inmobiliaria, entregándola, cual despojo, para hacer de ella lo que dicten los indicadores del mercado.

Para lo cual hacemos un llamado de atención a las autoridades públicas regionales, quiénes son los responsables de determinar y regular los impactos medioambientales que, proyectos como estos, tendrán sobre la población de una comuna, en pos del desarrollo sustentable de la Región Metropolitana, tal como lo expresan los actuales lineamientos de gobierno.

No nos equivoquemos cuando este alcalde nos presenta esta propuesta como una generosa salida a la crisis urbana de Ñuñoa, porque sólo propone restringir las alturas a menos del 29% de su territorio ya diezmado por el negocio inmobiliario. Pero, que lamentablemente, los que hemos estado detrás de este drama, nos hemos ido dando cuanta que de igual forma, con restricciones de altura o no, existen toda clase de subterfugios, a nivel central y regional en las normativas urbanas, que garantizan doblar las alturas de la planificación urbana local.

En pocas palabras, la propuesta de PRC en comento, no enmienda el rumbo de la actual crisis urbana de Ñuñoa, sino que la perpetua y agrava. Pues traslada la inversión inmobiliaria desde el centro ya devastado a los bordes de la comuna, asegurando al sector un nuevo territorio virgen para la realización de sus negocios. Por tanto, esta última en nada se hace cargo de la catastrófica situación a la que la misma administración que hoy nos gobierna, la llevara.

Para ello esta propuesta mantiene incólumes los principales ejes estructurales del territorio de la comuna, en altura libre. Abre nuevas zonas de renovación urbana y libera aun más las actuales. Y suma nuevas y enormes porciones de los bordes de su territorio, estableciendo la extraña figura de una comuna enmurallada, como si se tratara de los confines de una ciudad del medioevo.

Es necesario consignar, en primer lugar, que dicha propuesta promueve que Ñuñoa necesita seguir absorbiendo nueva población, pero nos preguntamos todos ¿Sobre qué base se pueden tomar tales decisiones, si para ello nunca se realizaron estudios de población actualizados, tras el veloz proceso de destrucción-construcción de los barrios de la comuna? A decir verdad, Señores y Señoras de esta comisión medioambiental metropolitana, estamos ante un proyecto a ciegas.

Es por ello que para los ñuñoínos resulta impresentable que las autoridades regionales permitieran a este alcalde limitar dicho estudio sólo a una Declaración de Impacto Ambiental, (DIA), con lo cual evade los Estudios de Impacto Ambiental, cuyos resultados deben ser, por ley, sometidos a la población. Que de seguro no habría dejado pasar impune una propuesta igual, como sucede hoy.
Dada la gravedad de las materias aquí evocadas, es que nos planteamos las siguientes interrogantes y solicitamos se respondan hoy durante esta sesión del Consejo de la Comisión Regional del Medio Ambiente Metropolitana:

1. ¿Quién asumirá la responsabilidad de que una comuna como Ñuñoa entre en un irreversible proceso de colapso de sus estructuras urbanas?
2. ¿Dónde están las propuestas concretas en este nuevo PRC en cuanto a equipamientos públicos, áreas verdes, aumento en el volumen vial y de redes de alcantarillado y agua potable, para una población proyectada en tres veces la actual, de aquí 5 años más?
3. ¿Quién asumirá el alto costo social que está significando la expulsión de amplios sectores de la población más vulnerable de Ñuñoa, hacia la periferia de Santiago por su reemplazo por sectores en ascensión social, venidos principalmente de regiones?
4. ¿Quién asumirá la grave contaminación medioambiental y congestión vehicular que se irá produciendo debido a las altas tasas motorizadas que surcarán las calles de Ñuñoa?
5. ¿Quién asumirá la pérdida de la masa arbórea particular a causa de la demolición del patrimonio residencial de Ñuñoa?
6. Y, finalmente, ¿quién asumirá la pérdida irreversible del patrimonio cultural e histórico que se esfumará de la faz de la tierra producto de esta miope y cortoplacista gestión edilicia, de aquella comuna, que ha concentrado al correr de los años, el legado más señero de los mejores urbanistas y arquitectos que ha tenido alguna vez el país?

Por todo ello, es que es un día poco feliz para Ñuñoa, porque hoy no está en sus manos decidir su destino, y la pone frente a una disyuntiva perversa. Porque si hoy se aprobara este PRC en las instancias regionales de la COREMA, se pavimentaría el camino para que se abrieran sus bordes, con todas las nefastas consecuencias antes descritas y por otra parte, si no se aprobara, se volvería al anterior PRC, que daría paso al definitivo exterminio de los barrios históricos de la comuna.

¿Qué se terminará por decidir para esta sufrida Ñuñoa?
En estas condiciones es que solicitamos una especial voluntad política por parte del gobierno metropolitano, en cuanto a no aprobar la actual propuesta de Modificación Integral del PRC de Ñuñoa y a extender el periodo de congelamiento de los permisos de edificación a todo el territorio de la comuna, en espera de que los propios ñuñoínos diriman, tras un plebiscito comunal, una salida a la actual crisis urbana y social de Ñuñoa.

Dicho proceso ya está en curso y planea cumplir con todos los requisitos de la ley, de tal forma de que a comienzos del mes de diciembre de 2007, Ñuñoa se pronuncie democráticamente, por la vía de un plebiscito comunal, sobre cual será el futuro de la comuna.