14 mayo 2006

EL MOVIMIENTO SALE A LA LUZ PÚBLICA!

LA REBELIÓN DE ÑUÑOA
Los vecinos contra las inmobiliarias
La comuna con mejor calidad de vida enfrenta su crisis. Desarrollo inmobiliario a cualquier precio contra conservación de esa calidad de vida. Los vecinos se arman para cambiar el Plan Regulador y buscan firmas, crean blogs y montan piquetes de protesta. Otro frente abierto sobre el modelo de ciudad y sus espacios públicos.
Juan Sharpe
Nación Domingo,
14 de mayo de 2006
Gina Fogliatti tiene 95 años. Vivía en Dublé Almeyda 1380. Sus tres hijos, entre ellos la arquitecta Adriana Araneda, se organizaron para acompañar a su madre en sus últimos años en su casa de toda la vida. Pero Gina tuvo que cambiarse. El 5 de noviembre del año pasado, sus hijos tuvieron que sacarla en ambulancia. Su pesadilla había empezado seis meses antes, cuando representantes de la inmobiliaria Almazara se habían interesado en comprar su casa para construir un edificio de departamentos.
La anciana, lúcida y en plena posesión de sus facultades, se había negado a vender porque había decidido que su casona era un buen lugar para morir cuando llegara su momento.
En agosto, la empresa empezó los trabajos de demolición de las viviendas vecinas para iniciar los trabajos de cimentación de su futuro edificio y el 8 de septiembre, su hija Adriana escribió por primera vez a Carlos Frías, el director de Obras Municipales, advirtiendo sobre los daños que podría ocasionar a la vivienda de su madre la excavación vertical a ras de sus deslindes.
Ese misma día, la empresa fue multada por esa dirección municipal por funcionar sin permiso para excavar y ordenó la paralización de las obras, que no fue respetada.
El 24 de octubre, la empresa fue multada por segunda vez por continuar los trabajos sin permiso para excavar y fue notificada de la paralización de sus obras. Almazara siguió adelante hasta que el 31 de octubre apareció la primera gran grieta en casa de Gina, causada por el desmoronamiento del subsuelo de sustentación de la propiedad. La vivienda de Dublé Almeyda 1380 se había convertido en insegura, así que los hijos de Gina arrendaron un departamento para trasladarla. Después siguieron apareciendo grietas y el 31 de enero, los hijos de la anciana presentaron una denuncia a la Fiscalía de Ñuñoa por “violación de límites y deslindes”, entre otras. Eduardo Minder, gerente general de Almazara, dijo que prefería no opinar porque se encontraba “fuera del país y por respeto a la señora Fogliatti”.

CEMENTO POR ÁRBOLES
La historia de Gina Fogliatti es un buen ejemplo de la cara oculta detrás del boom inmobiliario que vive Ñuñoa, la comuna que ofrece el mejor índice de calidad de vida en la Región Metropolitana, según un estudio de la Seremi de Planificación y Coordinación (Serplac) del Ministerio de Planificación, publicado en diciembre de 2005.
Una comuna que había sufrido una lenta disminución de su población, de alrededor de un 5%, según el censo de 2002, pero que registra una tendencia al alza sostenida en los últimos años. Sólo en 2005 se construyeron 3.908 nuevas viviendas, prácticamente todas en los 45 edificios en altura autorizados por la municipalidad, lo que registra un aumento de más de 10 mil nuevos habitantes para la comuna. Cinco años atrás sólo se habían construido ocho edificios con 563 nuevos departamentos.
Este boom inmobiliario, que está cambiando a toda velocidad la cara a una de las comunas más emblemáticas de la ciudad, ha despertado las iras de sectores de habitantes que han visto como de la noche a la mañana su proverbial tranquilidad se ha cambiado por la invasión de gigantescas grúas, retroexcavadoras, camiones de escombros y el ruido incesante de las hormigoneras despachando miles de toneladas de cemento y arena, haciendo brotar moles de cemento donde había apacibles casas con patio y árboles. Pero el Plano Regulador, cuya última modificación se hizo en 2004 para cambiar la constructibilidad del llamado “Eje Irarrázaval”, permite estas construcciones que, con excepción de atropellos a los vecinos –como el caso de Gina Fogliatti–, se ajustan a la legalidad vigente.

LA REBELIÓN
Los primeros grupos de vecinos dispuestos a luchar para cambiar esta legalidad comenzaron a movilizarse. El fin de semana pasado instalaron mesas para recolectar firmas y pedir al alcalde una audiencia pública para discutir la revisión total del Plan Regulador, y consiguieron más de mil firmas en pocas horas.
Y el miércoles pasado, bajo el lema “No a la masacre urbana de Ñuñoa”, organizaron una protesta con pancartas, pitos y megafonía en la puerta del Teatro Municipal (ex California) para presionar en la sesión solemne del Concejo Municipal, donde hicieron entrega de su solicitud de audiencia pública. Y anuncian un calendario de protestas y movilizaciones para cada semana. Su objetivo es conseguir un compromiso de Pedro Sabat, el alcalde, para sentarse a discutir el futuro de la comuna con revisión de la filosofía del Plan Regulador.
Los grupos organizados con mayor visibilidad son tres: la Agrupación Barrial Guillermo Franke, una calle de la zona Sucre-Miguel Claro, que ha despertado el apetito de las constructoras y donde los vecinos han denunciado prácticas matonescas y amenazantes de compradores inmobiliarios. Tienen un blog en la red (http:/guillermofranke.blogspot.com), donde concentran sus actividades.
Otro grupo activo es el Colectivo Elías de la Cruz, donde han creado el blog http://nunoaescalahumana.blogspot.com/ dirigido por la arquitecta Verónica Adrián. Y un tercer grupo llamado Agrupación Pasaje Quirihue, que protesta por las consecuencias de las modificaciones al Eje Irarrázaval. Otras cinco entidades firman las cartas de protesta.
El arquitecto José Piga opina que “todas las facilidades están dadas para que las inmobiliarias hagan su negocio de la manera más rentable posible, lo que significa edificios cada vez más grandes y porcentajes de ocupación de suelo cada día mayores, sin que estemos de acuerdo en la imagen de ciudad, del espacio urbano que estamos construyendo, porque tenemos un Estado que ha renunciado a sus facultades para crear políticas urbanísticas y ha dejado el diseño de la ciudad en manos de los constructores”.
A Piga, que participa en la Comisión Ciudad de la Concejalía de Danae Mlynarz, no le parece mal que se densifique, pero “no a costa del tejido urbano, de los 200 años en que se ha construido Ñuñoa”.
Danae Mlynarz estima que “los vecinos se están dando cuenta de que pueden abrir nuevos espacios ciudadanos y están generando bulla porque es inaceptable la tesis del alcalde de que el mercado va a regular la constructibilidad”, y llama la atención sobre la acelerada destrucción de Ñuñoa con un ejemplo: “En la publicidad de las constructoras puedes ver que venden las ventajas de vida tranquila, calles arboladas y vida de barrio que ellos mismos están destruyendo. Con el argumento de subirle el pelo a Ñuñoa la estamos destruyendo”.
Mlynarz dice que la batalla que viene es la protección de las calles interiores y que es falsa la excusa del alcalde Sabat de que los municipios no tienen competencias para modificar las políticas dictadas por el Ministerio de Vivienda, porque la revisión del Plan Regulador puede modificar esta política de desarrollo basada en la especulación inmobiliaria.

TIBURONES INMOBILIARIOS
El alcalde, postrado en la UTI de la Clínica Alemana, se desayuna con la noticia de las protestas de sus vecinos esta semana: “No tenía la más mínima idea, supongo que mis colaboradores no han querido decirme nada para no preocuparme, pero te puedo decir que no comparto por ningún motivo al argumento demagógico de la revisión del Plan Regulador, porque traería incertidumbre a los inversores y podríamos estar discutiendo años sin ponernos de acuerdo”.
El pintor José Balmes, un vecino ilustre de la pintoresca calle Enrique Richard, donde quedan tres viviendas sin caer en la picota, tiene una casa de 1.750 metros y ha recibido ofertas de los tiburones inmobiliarios: “Vino un tipo y sin ningún pudor me ofreció 500 millones. Le pregunté si hablaba de pesos o dólares, porque ni aunque fueran dólares. Nadie nos va a sacar de aquí. Esta casa, que compramos en 1969, tiene cipreses, eucaliptus y parrones que son también nuestra defensa para combatir el smog. Tanto que cacarean con los nuevos edificios y su subida de pelo, pero desde ellos tiran las bolsas de basura en los patios de las casas que quedan en pie y las llenan de botellas, condones usados y porquerías”.
Balmes cuenta que habló con el alcalde y que Sabat le dijo que estaba “completamente de acuerdo con sus reclamos, pero que no podía hacer nada porque la municipalidad no tenía competencias”, un argumento que no le convence: “Están destruyendo un barrio, alrededor de la plaza Ñuñoa, que tiene el edificio de la municipalidad, teatro, buenos restaurantes y una iglesia. Está muriendo un barrio que te abastece de la vida y de la muerte”.
La guinda que corona los proyectos inmobiliarios y que irrita a los conservacionistas es el proyecto de Horst Paulmann de construir un mall en Grecia con Macul, que al alcalde Sabat le gusta mucho, “porque nos viene de perillas tener 1.200 estacionamientos subterráneos, salas de cine y grandes tiendas que ahora no están en Ñuñoa”. LND