El barrio *Elías de la Cruz es el único sector considerado Zona de Conservación Histórica de Ñuñoa, sin embargo paradójicamente, está en peligro de sufrir el “efecto isla”, cercado por altas torres...
En vista de las amenazas a las que están hoy expuestos los barrios de Ñuñoa, a causa de las disposiciones permisivas de la actual planificación comunal - permitiendo que el destino de gran parte de nuestro valioso patrimonio urbano arquitectónico quede en manos de unos pocos grupos económicos que mueven el negocio inmobiliario – hemos constituido una agrupación de vecinos del barrio Elías de la Cruz con el objeto primordial de buscar vías de resguardo de este sector en especial, como del resto de la comuna.
Si bien este barrio está calificado como Zona de Conservación Histórica en el Plan Regulador de Ñuñoa, esta condición no da garantías de permanencia en el tiempo, pues puede ser desafectado por la sola voluntad del Concejo Comunal, el cual en su mayoría no ha dado muestras de sensibilidad alguna por su patrimonio.
Desde algún tiempo nos hemos congregado para reflexionar en el cómo poner freno a esta verdadera masacre urbana, y cada día contabilizamos con tristeza y horror la desaparición definitiva de uno y otro lugar que hasta muy poco hacía parte de nuestro entorno, de nuestra memoria colectiva y afectiva.
Estos referentes construidos ya no marcarán más nuestros recorridos, no retroalimentarán más nuestras mentes, no encantarán más nuestras vistas, ni nos hablarán más de una época en que se concebían las ciudades con un espíritu de escala humana, donde era posible el encuentro entre vecinos, donde había pequeño comercio y se constituían en forma espontánea redes sociales diversas, niños, ancianos, jóvenes…A partir de hoy estos modelos habitacionales masivos promueven un total anonimato, torres herméticas perdidas en las alturas, sin contacto posible entre unos y otros, personas extrañas, desplazamientos motorizados hacia grandes centros comerciales o de trabajo, niños cautivos en míseros espacios de juego y protegidos del “exterior”, de lo que está fuera del dominio de lo privado - esos tan amenazantes espacios públicos - que hasta hace muy poco constituyeron la esencia de nuestra civilidad.
Nuestro barrio es el único sector considerado Zona de Conservación Histórica de Ñuñoa, sin embargo paradójicamente, estamos en peligro de sufrir el “efecto isla”, a causa del brutal cambio que su morfolología urbana ha sufrido durante los 2 últimos años, particularmente en sectores de mayor valor patrimonial, como es el caso de la zona que rodea nuestro barrio. En el borde oriente y sur se han edificado torres de gran altura, por el norte existen otros 2 proyectos más, contaminando visualmente el paisaje: -Ya no tenemos derecho a la cordillera, ni a la aparición de la luna por el oriente, además de perder asoleamiento por el norte y oriente - sumándose a ello el desbordante incremento de las densidades habitacionales (2.000% por torre), lo que produce alta congestión vehicular, contaminación acústica y del aire, por citar solo los impactos más visibles.
Si bien este barrio está calificado como Zona de Conservación Histórica en el Plan Regulador de Ñuñoa, esta condición no da garantías de permanencia en el tiempo, pues puede ser desafectado por la sola voluntad del Concejo Comunal, el cual en su mayoría no ha dado muestras de sensibilidad alguna por su patrimonio.
Desde algún tiempo nos hemos congregado para reflexionar en el cómo poner freno a esta verdadera masacre urbana, y cada día contabilizamos con tristeza y horror la desaparición definitiva de uno y otro lugar que hasta muy poco hacía parte de nuestro entorno, de nuestra memoria colectiva y afectiva.
Estos referentes construidos ya no marcarán más nuestros recorridos, no retroalimentarán más nuestras mentes, no encantarán más nuestras vistas, ni nos hablarán más de una época en que se concebían las ciudades con un espíritu de escala humana, donde era posible el encuentro entre vecinos, donde había pequeño comercio y se constituían en forma espontánea redes sociales diversas, niños, ancianos, jóvenes…A partir de hoy estos modelos habitacionales masivos promueven un total anonimato, torres herméticas perdidas en las alturas, sin contacto posible entre unos y otros, personas extrañas, desplazamientos motorizados hacia grandes centros comerciales o de trabajo, niños cautivos en míseros espacios de juego y protegidos del “exterior”, de lo que está fuera del dominio de lo privado - esos tan amenazantes espacios públicos - que hasta hace muy poco constituyeron la esencia de nuestra civilidad.
Nuestro barrio es el único sector considerado Zona de Conservación Histórica de Ñuñoa, sin embargo paradójicamente, estamos en peligro de sufrir el “efecto isla”, a causa del brutal cambio que su morfolología urbana ha sufrido durante los 2 últimos años, particularmente en sectores de mayor valor patrimonial, como es el caso de la zona que rodea nuestro barrio. En el borde oriente y sur se han edificado torres de gran altura, por el norte existen otros 2 proyectos más, contaminando visualmente el paisaje: -Ya no tenemos derecho a la cordillera, ni a la aparición de la luna por el oriente, además de perder asoleamiento por el norte y oriente - sumándose a ello el desbordante incremento de las densidades habitacionales (2.000% por torre), lo que produce alta congestión vehicular, contaminación acústica y del aire, por citar solo los impactos más visibles.
Verónica Adrián
COLECTIVO ELÍAS DE LA CRUZ
*El barrio Elías de la Cruz se ubica entre las avenidas Infante, Dublé Almeyda, José Dgo. Cañas y Capitán Fuentes.
1 comentario:
Hola, estamos haciendo una red de zona patrimoniales en Ñuñoa, hoy tuvimos una Feria del Patrimonio. Aún no somos zona típica, pero en eso estamos. Estamos postulando a FONDART, que tiene una línea para patrimonio, si puedes mirarlo te darás cuenta que es un buen instrumento para tener financiamiento y poder hacer el expediente del Consejo de Monumentos. Alomejor ya debes saber, comuniquemonos!!
Cariños.
http://complejosalvadorsur.bligoo.com
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